martes, octubre 10, 2006

Crónica DJ Qbert @ Balcón de Rosales 05/10/06


Si un grupo de personas quisiera hacer una lista que incluyera aquellos djs que son imprescindibles ver al menos una vez en la vida lo tendría bastante difícil. Dos integrantes que no faltarían serían Laurent Garnier y Richie Hawtin, añadir más nombres sería muy difícil, puesto que cada uno tira para su barrio y lo que es básico para unos es prescindible para otro. Si dejamos de lado la electrónica y nos centramos en el turntablism la cosa se aclara un poco y la lista de nominados para ver es mucho más corta, Dj Craze y Dj Qbert. Si hay alguien que tenga un nombre en esto del scracheo masivo es este filipino americano: Miembro de una de las crews más importantes de la escena, Invisibl Skratch Piklz, ganador durante cuatro años consecutivos del campeonato DMC, le echaron por abusón nombrándole jurado de por vida, y sin duda alguna uno de los revolucionarios de esta disciplina musical. Richie Hawtin y toda su parafernalia de artilugios y software es a la electrónica, lo mismo que Dj Qbert y sus diseños para Vestax, al turntablism.

Tras esta pequeña introducción peloteo para este pequeñito con cara de extraterrestre, podemos entrar en analizar con detalle lo sucedido en el Balcón de Rosales el pasado jueves. La cita además de contar con la presencia del californiano, contaba como warm-up con la colaboración de Art2, dj de los VKR y mitad del combo Cultsound dj’s. Art2 comenzó algo frío con una sesión de hip hop a la usanza. Con el paso de los minutos fue ganando confianza hasta que consiguió arrancar alguna que otra ovación al público que para el final de su set abarrotaba la sala. Cayó de todo, desde James Brown o un bootleg del mítico Apache, hasta grandes clásicos del hiphop como Nas o Method Man. También hubo algún guiño a los nuevos tiempos como el Lean Back de Terror Squad, y como no algo de cuota al hiphop rimado en español, con paradas en La Mala o Mucho Mu. Aunque a nivel técnico y filigranero no dio todo lo esperado para un telonero de Qbert, fue de menos a más con algunos momentos muy buenos. Durante toda la sesión de Art2 pudimos ver muy poco de la sesión en si misma, casi todo fue intuido y oído. La sala de techo bastante bajo junto a un escenario no muy alto permitían ver solo la cabeza del dj, haciendo que todos nos preguntáramos, si esto sucede con este chaval que es bastante grande ¿qué haremos cuando llegue el pequeño a pinchar?

La respuesta tuvo que esperar hasta las 11.30 más o menos cuando comenzó la actuación de Qbert, y no fue otra que, ostia no veo un pimiento. Tras los primeros scracheos y ante la imposibilidad de ver ni siquiera su gorra azul de UCLA, alguien comentó que había otra zona con una pantalla donde se proyectaban las maniobras del dj, te acercabas allí y la frase era igual, ostias no se ve un pimiento. Ante la impotencia de no ver absolutamente nada a menos que estuvieras en las 3 primeras filas o midieras cerca de los 2 metros (os aseguro que había gente así), solo nos quedaba buscar barra y ponernos a escuchar la “sesión”. Y pongo sesión entre comillas porque más que sesión lo que sucedió fue una serie de scracheos interminables sobre una base que no paraba de sonar. Eso sí, los scracheos de agárrate que viene curvas. Muchos crab, muchos flare y muchos sonidos que alucinabas que fueran provocados por una aguja y un vinilo. También hubo beat juggling, y no hablo de un par de compases, no, el tío te hacia una base de hiphop, luego le metía caña y se convertía en drum’n’bass y luego hacía que sonara como si fuera electro. Todo eso con un bombo y una caja, vamos poca cosa como aquel que dice. En una de estas maniobras de beat juggling fue cuando arrancó la mayor ovación, sin todavía comprender que coño hizo, de repente metió como n mil bombos en un compás, haciendo que el público se mirara incrédulo ante la hazaña y luego comenzara a gritar.
Que puedo uno sacar en claro de todo esto, pues sin ver al dj, el turntablism es puro trainspotting, poca cosa. No hay música que bailar, no hay bajos que te retuercen el estomago, no hay hats que te dejan zumbao, solo wiki wiki. Tras poco más de 50 minutos Qbert colgó los platos y poco a poco fuimos desfilando para casa. Al día siguiente comentándolo con un buen amigo, me respondía que como todavía me sorprendo por este tipo de cosas, que con lo a gusto que se está en casa viéndolo en DVD como se me ocurre irme de concierto. Realmente, ¿el DVD está superando ya a la experiencia del directo? Espero que no la verdad.

Esta crónica ha sido también publicada en clubbingspain.com

Etiquetas: ,